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Había una vez un niño pastor de ovejas llamado Joseíto. Una noche se despertó sobresaltado. Los pastores iban y venían agitados diciendo:- La muchacha de Nazaret ha dado a luz a un niño.Dice Lola que está lindísimo. Vayamos y veamos.- Llevémosle algo.- Salgamos de una vez. No seamos “creídos”, como la gente de Belén que no quiso recibirlo. Que cada cual lleve lo que pueda.Así fue. A oscuras, Rosa encontró una vasija llena de leche de cabra. Julio metió en un saco medio queso. Toño caminaba con una cargade leña al hombro. Y Joseíto iba de un lado a otro, triste por no tener qué llevar. Entonces se acordó de larosa que quedaba en su rosal. Fue, la cortó y empezó a caminar. Delante iba la rosa; detrás, él.Andando se topó con Claudia. Venía de una festa de pastores y estaba despeinada y soñolienta. Ella le preguntó:- ¿Para dónde vas en plena noche con una rosa?- Joseíto le contó lo del matrimonio joven que se había refugiado en la cueva donde Pancho guardaba su burra y su buey, y cómo él le llevaba una rosa al niño recién nacido.-¡Ay!- Se lamentó Claudia- Muerta como estoy, iría, pero no tengo qué llevarle.-No te apures - respondió Joseíto -Yo te doy un pétalo de mi rosa.Por el camino, la rosa se fue deshaciendo en pétalos. Uno para doña Antonia, la vieja que no podía cargar nada que pesase; otro para Ramón, el herrero que solo tenía hierros; otro para Raulito, que traía un dulce, pero su perro, Miseria, se lo había comido. La rosa se había quedado en un palito verde.Casi amaneciendo vieron a “Pinchita”, la chiva de Juan. Estaba enredada y, conociendo el mal genio de Juan, no se atrevieron a tocarla a pesar de su cara de hambre. Joseíto sintió tanta pena por la chiva que le regaló el palito de la rosa. “Pinchita” lo saboreó agradecida.Joseíto murmuró:-Bueno, Dios sabe lo linda que era la rosa que yo llevaba. Que sea lo que Dios quiera.Llegó con las manos vacías a la cueva. Allí, José había salido por agua, los pastores tenían sus manos ocupadas, María quería limpiar para que la visita se sentase en el suelo y no hallaba dónde dejar al niño que abría los ojos y sonreía. Entonces, las miradas de María y Joseíto se cruzaron; ella le puso al niño en sus brazos y este se le abrazó al cuello. Hubo un silencio en la cueva y Joseíto, con el niño abrazado, se sintió tan dichoso como si hubiese entrado en una gran fiesta armada por Dios. Era como si adentro del alma le cantasen mil ángeles dulces: ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que tanto ama el Señor!Luego le comentó a Claudia, la despeinada:-Tú ves. Yo traía mi rosa, pero para recibir a este niño, regalo de Dios, lo mejor es tener las manos vacías.Y Claudia sonrió, mientras se iba peinando las greñas con los dedos húmedos de lágrimas.
Ora con la Palabra
Domingo 29 de enero: IV del Tiempo Ordinario
Mt 5,1-12ª
“Dichosos los pobres en el espíritu”
Lunes: Heb 11,32-40/ Sal 31(30)/ Mc 5,1-20
“Espíritu inmundo, sal de este hombre”
Martes: Heb 12,1-4/ Sal 20(21)/ Mc 5,21-43
“Contigo hablo, niña, levántate”
Miércoles: Heb 12,4-7.11-15/ Sal 103(102)/ Mc 6,1-6
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”
Jueves: Presentación del Señor Mal 3,1-4 / Sal 24(23)/ Heb 2,14-18/ Lc 2,22-40
“Mis ojos han visto a tu Salvador”
Viernes: Heb 13,1-8/ Sal 27(26)/ Mc 6,14-29
“Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”
Sábado: Heb 13,15-17.20-21/ Sal 23(22)/ Mc 6,30-34
“Andaban como ovejas sin pastor”
Intención para Febrero 2023
El Papa nos pide orar por las parroquias, para que, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados.
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