MaríaInmaculada

Al final del camino me dirán:
―¿Has vivido?¿Has amado?
Y yo, sin decir nada,
abriré el corazón lleno de nombres.
Pedro Casaldáliga

La noticia de la muerte de la hermana María Antonia Llano, Religiosa de María Inmaculada, nos dejaba sorprendidos a todos. Celebramos su Pascua, su encuentro con Aquel que dio sentido y plenitud a su vida. Se fue de repente y nos dejaba abiertas al misterio, en las vísperas de Pentecostés, un primer viernes de mes del Sagrado Corazón, a quien tanto se había encomendado.

La muerte trae dolor por la ausencia, por la sensación de vacío, por la nostalgia de los momentos que se han ido; pero también trae gratitud por las huellas que ha dejado su vida entre nosotros. Su testimonio se hace hoy gratitud en quienes compartieron tanta vida en los campos por los caminos de Trinidad, Cienfuegos y Las Tunas, con sus gastadas zapatillas en su pasión por evangelizar, en la de familias que acompañó, en los niños de la catequesis y los talleres, en tantos hermanos que acogía y animaba en su servicio y deseo profundo por acompañar a quienes llegaban a La Caridad, en Centro Habana, en los abuelitos del comedor, en los que la conocieron dando vida y corazón en la Pastoral de Adolescentes en La Habana y en los jóvenes, en tantos… Hoy, desde la fe, todos ellos nos ayudan a poner un horizonte de sentido y de esperanza de que un día, de otro modo, nos vamos a volver a encontrar, porque la Resurrección es para nosotros una certeza, desde donde hoy hacemos memoria agradecida de su vida entregada.

Nos ofreció su ser mujer consagrada, su fidelidad en los encuentros gratuitos, en las confidencias guardadas, en la eucaristía y el carisma compartido, en la memoria de los abrazos que nadie nos puede arrancar, en los cantos entonados, en su tararear Virgen Mambisa, en los sueños de libertad para Cuba, en su cubanía a manos llenas, en las sonrisas y gritos que nos dejó impregnados en el corazón, en las palabras que nos hicieron crecer en humanidad en este danzar con la vida. Es necesario decir todo esto ahora, en un repasar sereno, luminoso y agradecido por los recuerdos que nos ha dejado esta mujer de Dios, que puso sus pies entre el barro para tocar y abrazar pobrezas y fragilidades.

La vida desgranada y entregada de la hermana María Antonia se hace hoy abundante y fecunda en cada joven necesitada de prevención, cuidado y promoción, en la Iglesia cubana y, de manera especial, en aquellas comunidades de campo donde se hace difícil el acompañamiento pastoral, en este pueblo cubano que sufre y hoy tiene otra intercesora, en la gratitud de cada hermana por su vida hecha bendición oblativa.

Ora con la Palabra

 

Domingo 29 de enero: IV del Tiempo Ordinario

 

Mt 5,1-12ª

“Dichosos los pobres en el espíritu”

Lunes:  Heb 11,32-40/ Sal 31(30)/ Mc 5,1-20

“Espíritu inmundo, sal de este hombre”

Martes:  Heb 12,1-4/ Sal 20(21)/ Mc 5,21-43

“Contigo hablo, niña, levántate”

Miércoles: Heb 12,4-7.11-15/ Sal 103(102)/ Mc 6,1-6

“No desprecian a un profeta más que en su tierra”

Jueves: Presentación del Señor 
Mal 3,1-4 / Sal 24(23)/ Heb 2,14-18/ Lc 2,22-40

“Mis ojos han visto a tu Salvador”

Viernes:   Heb 13,1-8/ Sal 27(26)/ Mc 6,14-29

“Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”

Sábado:   Heb 13,15-17.20-21/ Sal 23(22)/ Mc 6,30-34

“Andaban como ovejas sin pastor”


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               Intención para Febrero 2023

El Papa nos pide orar por las parroquias, para que, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados.

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