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Las prisas de la vida moderna han borrado costumbres o rituales cuya ausencia tiene consecuencias en la conducta de las personas hoy en día. Quizás las faltas de respeto y la insensibilidad de muchos tengan algo que ver con ello. La casa, el hogar, el espacio donde se da la intimidad familiar fue siempre lugar de debates, punto de referencia y fuente de ejemplos. Hoy cada día más se diluye esa dinámica hogareña para dar paso a un entra y sale de personas apuradas que muchas veces no tienen tiempo para una conversación o para compartir un almuerzo.Los televisores en los cuartos, el plato en la mano para comer mientras se mira una película, o las comidas rápidas en la calle que le quitan el apetito a cualquiera, han hecho que poco a poco desaparezca ese momento de compartir los alimentos y tantas otras cosas que encontraban un lugar ideal en la sobremesa casera, momento de íntimo disfrute y de especial recordación para todos.Durante mucho tiempo, esa prisa de los días de semana se detuvo los domingos y al menos al almuerzo de ese día todos trataban de acudir. En algunos hogares se defiende aun esa práctica, pero son los menos. Y es una pena. Pueden pasar días para que se establezca una conversación pausada entre padres e hijos, con los abuelos, y queda en el tintero eso que necesita ser compartido entre familiares cercanos. Poder hacerlo es muy sano porque una palabra dicha a tiempo puede ser el punto de partida para encontrar la solución de un problema que se agranda como bola de nieve cuando no se dialoga sobre él.¿Y qué se pudiera hacer? Es difícil detener la marcha de las nuevas conductas que se van imponiendo, solo cuando se interioriza algo como verdadera necesidad se puede aspirar a rescatar lo que va perdiendo terreno. Quizás los matrimonios jóvenes pudieran retomar ese momento privilegiado de sentarse cómodamente a descansar el cuerpo y el alma, acompañados de sus hijos, y defender esa costumbre aun cuando estos vayan creciendo.En cuanto a los abuelos, deben conservar un lugar privilegiado en la agenda familiar, el respeto a ellos y a su experiencia es un importante ingredienteen la formación de los más jóvenes. De la misma manera que existe un momento para los estudios, para el trabajo, para los paseos y para lasvisitas, debe existir, y defenderse con fuerza, el momento familiar, fuente de amor y sabiduría que toda persona necesita y cuya falta lo despoja de un apreciado bien que en otro lugar no podrá encontrar.
Ora con la Palabra
Domingo 29 de enero: IV del Tiempo Ordinario
Mt 5,1-12ª
“Dichosos los pobres en el espíritu”
Lunes: Heb 11,32-40/ Sal 31(30)/ Mc 5,1-20
“Espíritu inmundo, sal de este hombre”
Martes: Heb 12,1-4/ Sal 20(21)/ Mc 5,21-43
“Contigo hablo, niña, levántate”
Miércoles: Heb 12,4-7.11-15/ Sal 103(102)/ Mc 6,1-6
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”
Jueves: Presentación del Señor Mal 3,1-4 / Sal 24(23)/ Heb 2,14-18/ Lc 2,22-40
“Mis ojos han visto a tu Salvador”
Viernes: Heb 13,1-8/ Sal 27(26)/ Mc 6,14-29
“Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”
Sábado: Heb 13,15-17.20-21/ Sal 23(22)/ Mc 6,30-34
“Andaban como ovejas sin pastor”
Intención para Febrero 2023
El Papa nos pide orar por las parroquias, para que, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados.
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