BUSCAR
“El que espera, desespera”. Por ello el Adviento está lejos de ser un tiempo de espera quieta, apacible, inmóvil y debe motivarnos a ser reflejo de un tiempo de esperanza, que tiene su culmen en la Navidad. Pero debemos aclarar que es el tiempo litúrgico lo que concluye con el inicio de la Navidad; la invitación a caminar en la esperanza nos llega cada día.La palabra Adviento deriva del latín adventus, y significa venida. El Adviento significa la llegada, la presencia (ya comenzada) de Dios.El “Dios proveerá” o el “dejar todo en manos de Dios”, que tendría mucha cabida entre aquellos que ponen sus anhelos, deseos y sueños en las manos de un dios mago y se sientan en el balance de la vida a verlas pasar, carece de sentido en este tiempo que nos invita a prepararnos activamente para dar vida al Dios que ya está presente entre nosotros. Un recordatorio anual que nos ayuda a no “dormirnos en los laureles”, a estar en vela (Lc. 21:36), a allanar los senderos (Lc. 3:4), a solidarizarnos con el necesitado (Lc. 3:11), a ser felices poniendo toda nuestra fe en el mensaje de Dios (Lc. 1:45), a desprendernos de las ataduras (Mc. 10:21). En definitiva, el Adviento nos pone en movimiento, reactiva (si es que se adormecieron) nuestros motores una vez más y nos prepara para la gran fiesta por el nacimiento de Jesús.Cabe destacar otra particularidad en este tiempo: el Adviento hace eco del ponerse en camino. Juan se puso en camino, también María salió presurosa al encuentro de Isabel, las lecturas de los evangelios de estas semanas nos envían a todos a anunciar la Buena Nueva, nos muestran un Jesús caminante, un Jesús que invita a coger nuestra camilla (lo que nos paraliza) y andar.Como así lo hicieron los presentes en el portal aquella noche de la Navidad, los pastores, que velaban sus rebaños, fueron a ver; los Reyes Magos, siguiendo la estrella, llegaron para adorar y traer sus presentes. Una escena llena de diversidad cultural, social y vivencial, en la que todos caminaron juntos hacia el mismo lugar, al encuentro con Jesús.Cabe destacar una última idea para este tiempo de especial sinodalidad que vive la Iglesia, y es que en esta escena navideña se hacen eco los tres verbos que el Papa ha destacado para el Sínodo 2021-2023 que aún se está desarrollando. La comunión de todos los que siguen a Jesús, sin importar orígenes o cargos, en una fraternidad que rompe con cualquier escala; la participación activa de cada uno de ellos, pues parten, peregrinan, al encuentro con el Hijo de Dios hecho hombre; y la misión que, maravillados y glorificando a Dios, los devuelve a sus lugares de origen para dar fe de lo vivido.Que seamos capaces de vivir en Adviento constante, para que juntos hagamos que cada día sea Navidad.
Ora con la Palabra
Domingo 29 de enero: IV del Tiempo Ordinario
Mt 5,1-12ª
“Dichosos los pobres en el espíritu”
Lunes: Heb 11,32-40/ Sal 31(30)/ Mc 5,1-20
“Espíritu inmundo, sal de este hombre”
Martes: Heb 12,1-4/ Sal 20(21)/ Mc 5,21-43
“Contigo hablo, niña, levántate”
Miércoles: Heb 12,4-7.11-15/ Sal 103(102)/ Mc 6,1-6
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”
Jueves: Presentación del Señor Mal 3,1-4 / Sal 24(23)/ Heb 2,14-18/ Lc 2,22-40
“Mis ojos han visto a tu Salvador”
Viernes: Heb 13,1-8/ Sal 27(26)/ Mc 6,14-29
“Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”
Sábado: Heb 13,15-17.20-21/ Sal 23(22)/ Mc 6,30-34
“Andaban como ovejas sin pastor”
Intención para Febrero 2023
El Papa nos pide orar por las parroquias, para que, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados.
Lo más leído
Suscripción al boletín
Si desea recibir la publicación en formato digital, solicítelo a la dirección: vidacristianaencuba@gmail.com.