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El texto evangélico de hoy, titulado “Inicio del ministerio”, nos presenta a un Jesús en constante movimiento. En este sentido, podríamos detenernos en el principio del relato: “Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, se volvió a Galilea […] y habitó en Cafarnaún”. Por la popularidad de Juan, el apresamiento no pasaría desapercibido; recordemos que era un profeta cuyo ministerio ―el bautismo de agua, el testimonio de vida austera― era un modelo para la multitud de judíos que acudían a él; de ahí que la noticia llegara con facilidad a oídos de Jesús. Pareciera que fuera esta la señal de Dios que Jesús estaba esperando para arrancar con su propuesta salvadora ―la llegada del Reino de Dios― a todas las regiones.Ya el mismo Juan había profetizado que llegaría uno que es “más grande que yo” y cuyo mensaje de esperanza, según Lucas, sería recibido como luz que resplandece en las tinieblas. No hay que ir más lejos: la Buena Noticia de Jesús es siempre esperanza y luz para todas las realidades humanas. En el Reino (vida, mensaje y obra de Jesús), cada creyente encuentra nuevas razones para seguir apostando por la vida. ¡El Evangelio tiene sabor a vida!
Ahora bien, si el evangelio tiene este sabor, ¿por qué no compartirlo? ¿Por qué no invitar a otros y otras a que “saboreen” aquello que yo he probado? Esta es la novedad del ministerio de Jesús. No es como otros maestros, a quienes, por la popularidad de sus enseñanzas, los alumnos buscan y siguen. Acá vemos a Jesús que toma la iniciativa, sale al encuentro de la gente y los invita a formar parte. Como dijo el papa Francisco: Jesús nos “primerea”, es decir, Él es quien da el primer paso, me mira, se acerca, me llama y me invita.En este sentido, cabría preguntarnos: ¿A qué me está invitando hoy Jesús? ¿Es su invitación algo que da luz a mi vida? Él sale a nuestro encuentro, llega allí donde estamos: familia, casa, trabajo, escuela, universidad, parroquia… en fin, llega a nuestra cotidianidad. En aquel entonces, el pueblo de Zabulón y el pueblo de Neftalí vieron la llegada de una luz sin igual en Jesús. Hoy, nosotros estamos siendo invitados a ver esa misma luz: Jesús que se hace presente en nuestras vidas.
Ora con la Palabra
Domingo 29 de enero: IV del Tiempo Ordinario
Mt 5,1-12ª
“Dichosos los pobres en el espíritu”
Lunes: Heb 11,32-40/ Sal 31(30)/ Mc 5,1-20
“Espíritu inmundo, sal de este hombre”
Martes: Heb 12,1-4/ Sal 20(21)/ Mc 5,21-43
“Contigo hablo, niña, levántate”
Miércoles: Heb 12,4-7.11-15/ Sal 103(102)/ Mc 6,1-6
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”
Jueves: Presentación del Señor Mal 3,1-4 / Sal 24(23)/ Heb 2,14-18/ Lc 2,22-40
“Mis ojos han visto a tu Salvador”
Viernes: Heb 13,1-8/ Sal 27(26)/ Mc 6,14-29
“Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”
Sábado: Heb 13,15-17.20-21/ Sal 23(22)/ Mc 6,30-34
“Andaban como ovejas sin pastor”
Intención para Febrero 2023
El Papa nos pide orar por las parroquias, para que, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados.
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