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Dos semanas atrás, Navidad, contemplamos a Jesús nacido en Belén. El 1 de enero lo adoramos en brazos de María, su madre. Hoy lo vemos con los ojos y el corazón de quienes lo buscaron hasta dar con Él: domingo de Epifanía. Esta palabra rara es el término teológico, el nombre que da la fe a lo que popularmente llamamos el día de Reyes. La fecha tradicional que marca este día es el 6 de enero. Para facilitarnos el encuentro con los demás que quieren adorar al Niño, nos pusimos de acuerdo para celebrarlo en este día, en el domingo más cercano.
El evangelio no dice que fueran reyes, sino magos: hombres acostumbrados a mirar las estrellas con esperanza de descifrar sus mensajes, astrólogos del Oriente. Los judíos de entonces los consideraban paganos, gente buena, piadosa, pero ajena a la fe de Israel. Mateo los presenta como hombres de espíritu inquieto, buscadores con más preguntas que respuestas, que no se contentaban con primeras impresiones. Personas de espíritu ágil, que se pusieron en camino sin arrellanarse en la comodidad de lo ya conocido, preguntando a los demás, incluso a un gánster como Herodes, y sorteando dificultades con la esperanza de llegar a esa meta desconocida que anhelaba su corazón.
Con empeño siguieron las señales que Dios puso en su camino y fueron capaces de arrodillarse delante del niño humilde acompañado de padres pobres, sin escandalizarse de la insignificancia social que lo arropaba. Un niño sin adornos, sin más entorno que el de un establo, que en su minúscula realidad abarcaba la respuesta de Dios mismo a su búsqueda de años. Lo buscaban como rey de los judíos y lo encontraron como salvador de todos: creyentes y paganos, buenos y malos, encaminados y extraviados.
Con sus extraños regalos ―oro, incienso y mirra― elaboraron su credo: creemos en este niño en el que Dios mismo se nos regala, como quien merece toda nuestra confianza para guiarnos como pueblo suyo, aun al precio de muchos sufrimientos. Después de adorarlo, reemprendieron la vuelta por otro camino. Ya no necesitaban una estrella en lo alto. La llevaban en el corazón, rebosantes de alegría. Habían descubierto que Dios los buscaba desde mucho antes y los esperaba en ese portal ―en ese corral― en las afueras de Belén. Dios no deja sin respuesta al que busca humilde y sinceramente.
Ora con la Palabra
Domingo 29 de enero: IV del Tiempo Ordinario
Mt 5,1-12ª
“Dichosos los pobres en el espíritu”
Lunes: Heb 11,32-40/ Sal 31(30)/ Mc 5,1-20
“Espíritu inmundo, sal de este hombre”
Martes: Heb 12,1-4/ Sal 20(21)/ Mc 5,21-43
“Contigo hablo, niña, levántate”
Miércoles: Heb 12,4-7.11-15/ Sal 103(102)/ Mc 6,1-6
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”
Jueves: Presentación del Señor Mal 3,1-4 / Sal 24(23)/ Heb 2,14-18/ Lc 2,22-40
“Mis ojos han visto a tu Salvador”
Viernes: Heb 13,1-8/ Sal 27(26)/ Mc 6,14-29
“Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”
Sábado: Heb 13,15-17.20-21/ Sal 23(22)/ Mc 6,30-34
“Andaban como ovejas sin pastor”
Intención para Febrero 2023
El Papa nos pide orar por las parroquias, para que, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados.
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