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El sentido de nuestra vida es la razón misma de nuestra existencia. Y además, define nuestra identidad actual.Este sentido puede verse limitado o frustrado en la medida que nuestras metas y sueños no se hayan realizado o hayan sido afectados.Nuestra etapa de la adultez mayor debemos verla como una fase de crecimiento personal y equilibrio emocional, donde se realiza el recuento y la valoración de lo que se ha vivido. Donde se experimenta la satisfacción por este largo vivir y por los logros alcanzados.De esta manera, esta etapa final se define como la etapa de nuestra vida donde la aceptación y la integración armónica de todo lo experimentado nos debe llevar a la sabiduría y ésta a la serenidad.Ahora bien, la vejez puede ser también, y al mismo tiempo, una etapa de duros cambios.Para alcanzar esta realización personal, es muy importante conocer los posibles cambios, y las crisis que normalmente pueden generar los mismos. Tomar conciencia de ellos, es el primer paso para aprender a afrontarlos desde una firme actitud positiva.Estas crisis pueden resumirse en tres:La primera, la de identidad, estaría determinada sobre todo por la imagen que la persona mayor tiene de sí y de su autoestima. Esta imagen estaría afectada por el conjunto de pérdidas experimentadas de forma acumulativa, por la creciente soledad y decadencia general.La segunda, la de pertenencia, se empezaría a vivir ya desde el momento de la jubilación, cuando las personas se retiran de la vida profesional, lo cual afecta directamente a la misma corriente vital. Si la adultez mayor se vive como una retirada absoluta de la participación social, de seguro se experimentará una "muerte social".Y la tercera, la de autonomía, estaría caracterizada, sobre todo, por el aumento de la dependencia de los cuidados de los demás.Podemos concluir repitiendo que, aunque en su vejez la persona, para vivir con serenidad y satisfacción, debe aceptar lo vivido sin arrepentimientos importantes y aceptar la muerte como el fin inevitable de su vida en esta tierra; para trascenderse a sí mismo y evitar el vacío de sentido que pueda presentársele, necesita también volverse al futuro y continuar con un proyecto de servicio a los demás según sus posibilidades, sin importarle lo pequeño y limitado que este sea. Para lograrlo es indispensable poseer un optimismo inteligente y flexible .
Ora con la Palabra
Domingo 14 de agosto: XX del Tiempo Ordinario
Lc 12,49-53
“No he venido a traer paz, sino división”.
Lunes: Solemnidad de la Asunción de la Virgen MaríaAp 11,19a;12,1-6a.10ab/ Sal 45(44)/ 1Cor 15, 20-27a
“Primero Cristo como primicia; después todos los que son de Cristo”
Martes: Ez 28,1-10/ Interleccional Dt 32/ Mt 19, 23-30
“Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios”
Miércoles: Ez 34,1-11/ Sal 23(22)/ Mt 20,1-16
“¿Vas a tener tú envidia porque soy yo bueno?”
Jueves: Ez 36,23-28/ Sal 51(50)/ Mt 22,1-14
“A todos los que encuentren convídenlos a la boda”.
Viernes: Ez 37,1-14/ Sal 107(106)/ Mt 22,34-40
“Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo ”
Sábado: Ez 43,1-7a/ Sal 85(84)/ Mt 23,1-12
“No hacen lo que dicen”
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